La poesía es un arma que se dispara sola como el amor de un loco

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sábado, 17 de noviembre de 2007

En la otra orilla





En la otra orilla del desierto

hay otro hombre mirando,

quizás sea la levedad de su sombra

la que me llama.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Cuidado con el desierto Fernando, los espejísmos suelen aparecer de lejos.
Besos.

Magda Díaz Morales dijo...

Y quizá, Fernando, también él está mirando la levedad de una sombra de este lado y siente que lo está llamando...

Simplemente Olimpia. dijo...

Me pregunto que te diría ese hombre...y por qué se hace sombra...y cual es el desierto que ambos recorreis u observais....

Cruzarlo?...quimérico, muchos han fenecido en desiertos incluso con la luz como aliada.


Este poema se me escapa...seguro que los demás también...pero al menos les doy mis "sentido", pero este en concreto prefiero no divagarlo.


Olimpia.

Fernando dijo...

simplemente que sentido tiene cruzar un desierto...algo quimerico, estético, una emoción imposible de frenar?...pues en él viven y lo cruzan tantos que apenas nos imaginamos...el horizonte dorado deja de ser algo irrealizable...puede ser una nueva busqueda...una Ítaca donde reposar el deseo..para los dos.

albalpha dijo...

Hermoso, me encanto. No estar solo, saber que alguien está ahí.

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