La poesía es un arma que se dispara sola como el amor de un loco

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jueves, 19 de junio de 2008

Charcos






las lágrimas nunca caen al suelo.

algunas (muy pocas)
ni siquiera ven la luz,
eco del miedo escénico,
y la mayoría
acaban en las mangas
de la chaqueta
o en una funda de almohada
o en tu

pelo.

qué ironía.

las lágrimas nunca caen al suelo.

nosotros sí.

pienso,

el dolor es incapaz de inundar
el mundo.

quizá ése sea el problema.

qué pena.

con un poco de suerte,
el día que lloras,
llueve
y
todo parece
volver
a
tener

sentido.



Ester García Camps

F

12 comentarios:

Martine dijo...

Precioso poema el que has escogido y lleno de verdad, no llegan a caer al suelo, incluso nos las tragamos y nos ahogamos en y con ellas...

Un beso f.

Sasian dijo...

Ojalá pudiera materializarlas...ojalá las mias llegaran al suelo...y no se quedaran en la garganta.

un abrazo

Mamen dijo...

Como la vida misma, Ester.
Besos.

Cecy dijo...

las mias andan por todos lados y llevando tristezas, alegrias, un coctel de sentimientos van con cada lagrima...

no se si llegan al suelo, pero tengo la suerte que no queden yermas en mi garganta

Camille Stein dijo...

qué maravilloso este poema

no hay palabra ni lágrima que lo puedan completar

un abrazo

Doberka dijo...

Lo mejor de los días de lluvia, es que basta con un pequeño rayo de sol, y vuelves a ver el arco iris. Un poema muy sensible y bonito, Ester.

Besos

Ego dijo...

El cojín con forma de corazón atesora lágrimas para sí. Es un fetichista.
Un (b)eso...

Dcamps dijo...

Me resulta curioso que la autora del poema tenga mi mismo apellido. No soy tan único ni especial como pensaba, pasa que en esta parte del mundo hay pocos de los nuestros.

Daniel Camps, Mendoza Argentina

http://e-librito.blogspot.com/
(proyecto cultural de gente joven)

Massy dijo...

me gustaria saber donde estan llendo las mias ...en este instante..

un beso con lagrimas Fer..

ybris dijo...

Leía esta belleza mientras sentía que la grandeza de las lágrimas no estriba en el lugar en que caen.
A fin de cuentas el suelo no es triste destino ni pra ella ni para nosotros.
Al menos mientras haya un poema-sonrisa-lluvia como éste que haga que todo parezca volver a recobrar su sentido.

Besos, Ester.
Un abrazo, Fernando.

Mamen Alegre dijo...

Lágrimas, lluvia, agua... un poema líquido y transparente. Es cierto, todo tiene sentido cuando llueve, aunque a veces puede ocurrir que deje de tenerlo.

Ester, es precioso.
Fernando gracias.

Besos.

Ester G. C dijo...

un beso a vosotros, por esto, por lleída. mierda, por todo.

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