La poesía es un arma que se dispara sola como el amor de un loco

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miércoles, 29 de febrero de 2012

Ángel Guinda presenta "Caja de lava" el día 1 de marzo en Zaragoza





Del nuevo poemario de Ángel Guinda "Caja de lava" de la editorial Olifante que se presenta el día 1 de marzo en la Sala de Música del Palacio de Sastago de Zaragoza a las 19h. Estarán presentando el libro los poetas Jesús Jiménez y Dolan Mor y leerán poemas Geraldine Hill y María José Moreno.



TAL VEZ VOSOTROS SABÉIS


No sé, escucho himnos dentro de las lágrimas.
Tuve una casa con ventanas en el techo:
veía tiburones, cordilleras, trenes volar.
Tal vez vosotros sabéis, yo sólo canto.
No sé bien qué es la paz:
llegué tarde a la guerra.
La tempestad está tras la montaña,
sobrellevo el estruendo de su luz.
Tal vez vosotros sabéis, yo sólo canto.
Tiemblan mis pies
cuando retumba el eco del silencio,
no sé si las palabras tienen sangre.
Tal vez vosotros sabéis, yo sólo canto.
No sé por qué se tambalea el vértigo
cuando miro las cúpulas,
pero noto en mi pecho borboteos de petróleo.
Tal vez vosotros sabéis, yo sólo canto.
Mi país es un rompecabezas,
al más mínimo golpe se desvertebrará:
ya no tendré país.
Tal vez vosotros sabéis, yo sólo canto.
Desde el avión veía sobre el mar
manadas de elefantes petrificados,
dromedarios tendidos, sombras de cocodrilos:
me dijeron que eran islas griegas.
Tal vez vosotros sabéis, yo sólo canto.
Huyo, siempre huyo: acaso tras las puertas
que arrancan sus bisagras, sus cerrajas
y, a lomos de las llamas, corren irrefrenables
para aclamar a los ladridos del mar.
Tal vez vosotros sabéis, yo sólo canto.
La poesía debe ser extrema,
estampido de mundos, abrazo de la pólvora,
escardar las tinieblas con antorchas,
trepanación de asombro y ebriedad.
Tal vez vosotros sabéis, yo sólo canto.
Yo no sé qué preguntan al sol los limoneros.
Ignoro los secretos de las algas y de las medusas.
Tampoco sé si esto es un poema
o una pequeña galería de hormigas.
Tal vez vosotros sabéis, yo sólo canto.


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NOCTURNO EN RODAS


El edredón de las nubes nos abriga.
Por la luz desdentada del silencio
pasa la noche con sus rostros ciegos,
pasan las olas con sus uñas rotas,
pasa el dado de canto del ayer.
Y tu ebriedad de mar, atormentada, pasa.
Lentos gatos repasan los tobillos del aire,
el lomo hirsuto del tiempo desbocado,
el mundo de las sombras
y las sombras del mundo.
No pasa nada y ha pasado todo.



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PASIÓN DE ÁNIMO


Quién hubiera podido traducir
las manos del silencio y, en la ebria
serenidad de aquella cama ciega,
pegados uno al otro, amanecer
dormidos para siempre tras la noche
que lleva al mar final ajeno a todo.
Tu piel no deja de cubrir mis huesos.




Angel Guinda





lunes, 27 de febrero de 2012

No tengo rencor











No tengo rencor, sí la ira…
que despacio pasa el tiempo
que deprisa la vida.











domingo, 26 de febrero de 2012

sábado, 25 de febrero de 2012

Cruzan veloces las luces a lo lejos




Cruzan veloces las luces a lo lejos.
Es nuestra la noche, distante,
fría como un hierro,
erguida sobre un yelmo
que oscuro resplandece en el cielo.
Tantas veces presiento tus ojos,
esa mirada abierta oferente a mi voz,
esperando tendida al resto de mi cuerpo
mientras soy una isla, un pájaro, un árbol.
Oigo el murmullo,
siento en el viento la ausencia,
crecida como un río me emanas muy adentro,
siempre dispuesta a llenar mi silencio.


jueves, 23 de febrero de 2012

Tan parciales como todo son los días







Tan parciales como todo son los días.
Nada es trascendente
pero hoy he escuchado riña de gorriones
entre los árboles desnudos.
El viento mojaba mis ojos con un llanto de duda,
no sé por qué he pensado en la primavera
cuando todavía las huellas del amanecer llevan escarcha.









miércoles, 22 de febrero de 2012

martes, 21 de febrero de 2012

Carnaval





lunes, 20 de febrero de 2012

Carnaval





domingo, 19 de febrero de 2012

viernes, 17 de febrero de 2012

Sábado 18 poesía para perdidos




El 18 de febrero a las 22h nueva sesión de poesía para perdidos con los poetas Fernando Aínsa y Joaquín Sánchez Vallés y la música a cargo de Pablo Sciuto.
Un nuevo recital organizado por la A.A.E. en la que todos los que actuan lo hacen por amor al arte...Os esperamos en La campana de los perdidos.








Fernando AÍNSA. Escritor y ensayista hispano-uruguayo de origen aragonés. Autor de numerosos ensayos sobre literatura latinoamericana, entre los que figuran Identidad cultural de Iberoamérica en su narrativa (1986); Narrativa hispanoamericana del siglo XX (2003); y Del topos al logos. Propuestas de geopoética (2006). De su obra de creación destacan las novelas El paraíso de la reina María Julia (1994–2006) y Los que han vuelto (2009), los relatos Naufragios del mar del Sur (2011) y los libros de aforismos y textos breves Travesías. Juegos a la distancia (2000) y Prosas entreveradas (2009). En 2007 publicó su primer libro de poesía, Aprendizajes tardíos (2007). Acaba de editar Bodas de Oro (2011) y tiene en prensa Clima húmedo y Poder del buitre sobre sus lentas alas.



Poemas:





Poder del buitre sobre sus lentas alas

Cuando estoy solo
la memoria ligeramente envenenada
desenredo imágenes archivadas en el baúl incierto del recuerdo.
Las extiendo a mi alrededor
y trato de hilvanar el orden que tuvieron.
Entonces,
invento frases que puedan volver a unirlas
y surge el buitre
sin haberlo llamado.


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Clavar un pico en la palabra



Página en blanco con buitres proyectados
trazando sombras.
Quisiera ajustar mi verbo a su vuelo rápido y preciso
remontarlo en un batir de alas
hacerlo caer luego
hacia el hueco de esta pantalla
—imposible reflejo
de ese cielo tan perfecto que nos cubre—
para clavar su pico en la palabra
hasta sangrarla y hacerla suya.



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La visita del buitre


Entró por mi boca
el buitre a visitarme
y allí se quedó
Hizo en la tibia entraña nido
y de mi desazón su alimento.
Desde entonces, el buitre que me habita
—Jonás memorioso de la ballena
varada en la seca tierra de mi presente—
espera paciente la endoscopia que extraiga
sin sangrar en exceso
versos de sus garras
capaces de vivir por sí mismos
lejos de mí y de su mirada.






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“Mi buitre”





Yo también quisiera tener “mi buitre”
como “único y constante compañero”
labrando “mis penas con su pico corvo”
enjaulado en la poesía de un soneto perfecto.
Quisiera comprender por qué Miguel de Unamuno
lo dejó devorarle las “entrañas fiero”
pidiendo que lo dejaran solo,
“sin nadie como estorbo”.
Desde “el hambre atroz que nunca se le apaga”
el buitre amigo me responde:
Haz en tu agonía mientras tus despojos trago
el postrer esfuerzo de una mirada
Descubrirás en el fondo sombrío de mis ojos
reflejados los versos que andas buscando.




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Ahogar al buitre que llevo adentro



"Érase un buitre que me picoteaba los pies"

Franz Kafka




Para liberarme
ahogaré al buitre en mi propia sangre
desbordada e inundando las riberas
en la profundidad de mi cuerpo cansado.
Los pies destrozados por ese picotear infame
de tantos versos fallidos,
perseguido por el ojo en que se habían reflejado
imágenes de vuelos frustrados
me sentiré liberado si ahogo al buitre que llevo adentro.

Más sospecho que otros tantos esperan su turno
al borde del abismo
que es como decir
aquí,
a mi lado.




(De Poder del buitre sobre sus lentas alas,
poemario inédito de próxima publicación)




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JOAQUÍN SÁNCHEZ VALLÉS
Nacido en Huesca el 16 de marzo de 1953. Es profesor de un Instituto de Zaragoza.
Ha publicado varios libros:

POESÍA
-Moradas y regiones. Colección Puyal. Zaragoza. 1979.
-De un amor (Accésit al premio "Gallo de Vidrio"). Gallo de Vidrio. Sevilla. 1983.
-Ruina del aire (Premio "Ángaro"). Colección Ángaro. Sevilla. 1983.
-La invisible memoria del invierno (Premio "Florentino Pérez-Embid"). Colección Adonais. Madrid. 1988.
-Cuaderno de ejercicios (Premio "Esquío"). Colección Esquío. Ferrol. 1989.
-A la puerta del mar (Premio "Zenobia"). Editorial Siddarth Mehta. Madrid. 1991.
-El tiempo irreparable (Premio "Barajas-Puerta de España"). Ayuntamiento de Madrid. 1992.
-El nombre de las cosas (Premio "Luis Cernuda"). Qüásyeditorial. Sevilla. 1994.
-Preludio y fado. Editorial Olifante. Zaragoza. 1999.
-Pasos en el jardín. Prensas Universitarias. Zaragoza. 2002.
-Páramos del amor. Lola Editorial. Zaragoza. 2005.

NARRATIVA
-La ciudad junto al río (Novela. Finalista del premio "Azorín"). Editorial Aguaclara. Alicante. 1990.
-La costa de las perlas (Novela. Premio "Francisco Ayala"). Universidad Popular. San Sebastián de los Reyes. 1997.
-El hombre-lobo de Huesca (Relatos). Editorial Certeza. Zaragoza. 2008.
-El juglar de Languedoc (Novela). Irreverentes. Madrid. 2008.
-Deslocalizado (Relato). Instituto de Estudios Altoaragoneses. Huesca. 2010.


Poemas :


El envés de la sombra
no es la luz.

El dorso de la noche
no es el día,
sino la cara oculta de la luna.

La ausencia de la vida
no es la muerte,
sino un verano eterno tendido en las arenas
que nos atrae a su desesperanza.


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¿Qué haces aquí, bajo este inmenso cielo,
ante el enorme mar?

En vano preguntabas a tus huellas que mareas borraron.

Como en vano interrogas
cuerpos de nadie como el tuyo
que a tu lado confirman tu extravío.

Grande y extraño es este mundo
que has llegado a habitar.

Aunque tal vez
aún te quede un refugio: Vuelve.
Vuelve hasta el bosque y busca
el viejo árbol del dolor.

El pequeño dolor que te conoce
y duele a tu tamaño.


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Y ruedan en la noche astros vacíos,
media luna de sangre,
aromas de dolor, ruido de polvo,
vientos heridos que la sombra aleja,
indescifrables cuerpos de mujer…


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Música : Pablo Sciuto







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miércoles, 15 de febrero de 2012

El 16 este jueves poesía en la Universidad





El próximo jueves 16 a las 19.30 h., en la Sala de Juntas de la Facultad de Filosofía y Letras de Zaragoza, con los poetas Cecilia Quílez y José Verón y Laura Garcés de moderadora se celebrará de nuevo Este jueves poesía en la Universidad.




Cecilia Quilez Lucas. Algeciras (Cádiz). Tiene publicados cuatro libros de poemas: La posada del dragón (Ed. Huerga & Fierro) Un mal ácido (Ed. Torremozas), El cuarto día (Ed. Calambur) y Vísteme de largo (Ed. Calambur). Estos títulos han obtenido críticas en El Cultural, ABC de las Letras, Diarios de Ávila, Navarra, Granada, Cádiz, Málaga y León, La Razón, Revista Leer, Mercurio, República de Letras y Yo Dona, entre otros. Ha colaborado en programas de radio y coordinado y dirigido exposiciones de pintura y escultura los catálogos de éstas. Tiene relatos y artículos publicados en diversas revistas y publicaciones (Álbum de las Letras, La Cultura de Madrid, Microfisuras, Punto de las Artes, Diario el Mundo, Ágora, Revista de Museología, El invisible anillo, The Children‘s Book of American Birds, O‘Escritor, Sibila, etc.) e igualmente en webs literarias. También ha participado como ponente en diferentes jornadas sobre literatura y realizado recitales y conferencias nacionales e internacionales, programas de televisión y radio. Ha sido incluida en recopilaciones junto a otros poetas: “Entre el clavel y la rosa” (Ed. Espasa Calpe), “Madrid Capital” (Ed. Sial), “Madrid: una ciudad muchas voces“ (Ed.Arteidea),“Fuga de la Nada (Bohodón Ediciones), “El río de los amigos” (Ed. Calambur), “Poetas a orillas de Machado“ (Abada Editores, 2.010), “Mujeres en su tinta“ (Ed. Atemporia & UNAM) y “Por donde pasa la poesía” (Ed. Baile del Sol). Coordina y dirige varios recitales de poesía (“A-Puesta en Blanco”, “Cruce de caminos”, etc.). Algunos de sus poemas han sido traducidos al inglés, italiano, portugués, árabe y holandés.

POEMAS:


Lo que hay detrás de una mujer

es otra mujer.

Quitarle la ropa no sirve de mucho.

Probemos el arte de ir paso a paso

—una mujer es un paso y otro por delante—

Parece fácil. Lo complicado

es vestirse. Pensar cómo hacerlo,

por dónde empezar.

Les mostraré diferentes formas

de poner y quitar un traje.

Recuerden: el traje nos cambia por un tiempo

y a veces, para toda la vida.

—Una circunstancia puede ser toda una vida—

Pero en cualquier caso

nos transforma.

Cuidado con lo que nos ponemos

y quitamos.

Tengan presente que los monjes

también se miran en el espejo.

Después lavan la ropa

y oran por los pobres sin vestido.

Sean compasivos.

Lo que hay detrás de mí

es una mujer.

Escribe sobre la inercia de la piel.

Y sí, está desnuda.


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Ser como el vidrio

en los márgenes del agua,

no el rocío al polvo

fugaz del nomeolvides.

Hay partículas suspendidas

en los límites del abandono,

cortes sobre el mármol

en los dedos.

La mutilación de la sangre

como prueba de vida.

He de acudir al comienzo,

a la inutilidad de la mudanza

en las pupilas infantiles.

Jugamos en el dormitorio prohibido.

Una mortaja pagana

resiste un credo agónico.

Recibimos el éxodo

sin dibujos animados. Ponen el duelo

sobre nuestras cabezas pintadas.

También jugamos a acusarnos:

El premio es un silencio.

No hay canción de cuna que me despierte.

Tampoco lloro. No sé llorar aún.

Las penas ancestrales

abrigan huidas clandestinas.

Pies diminutos exploran y esquivan

pájaros brotados de la tierra.

Pájaros que nacen entre mis pies

y desaparecen y vuelven

con los picos dilatados y grotescos.

Ya sólo quedan corazas aladas

en la devastación de la memoria,

muescas en el abecedario del vacío.

Tengo presa la lengua

y un tizne de alquitrán en el rencor.

Aprendo a leer y me callo

la palabra justa.

Lo primero que recuerdo

es haber hablado a una sombra.

Mi sombra.

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No hay certeza. Todo es puro insomnio

en la sinfonía de los desdichados.

Yo soy la que fui convocada en tu duda.

Tú el que llegaba a contraviento

a la tertulia de los coleccionistas de naipes.

Fui la insolente, la que profanó el nombre de la poesía.

Tú sembrabas almas con ojos incrédulos

bajo el olivo donde yace el corazón de un poeta.

Dime qué ocurrió tras el beso de Klimt.

Está escrito en las líneas de tu mano,

en la nota inmóvil de un violonchelo.

Cuéntame, prende la hoguera

que mece el sueño de una niña extraviada.


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José Verón Gormaz (Calatayud, 1946). Poeta, narrador, periodista y fotógrafo. Estudios de Ingeniería Agrícola (1970) y Administración y Planificación de Empresas (1976) en la Universidad Politécnica de Madrid. Cronista Oficial de Calatayud, ciudad que lo nombró Hijo Predilecto en 2006. Consejero del Centro de Estudios Bilbilitanos. Académico Correspondiente de la Real Academia de San Luis. Medalla Aragonesa de Merito en Arte (2002). Premio Nacional de Fotografía (CEF, 2000). Medalla de Oro de las Cortes de Aragón (2006).

En 2007 se creó la Asociación Fotográfica Bilbilitana José Verón, en enero de 2008 aparecieron las bases para el I premio internacional de poesía "José Verón Gormaz" (Ayuntamiento de Calatayud) del que en 2009 se hizo una II edición. En el Pabellón de Aragón de la Expo-2008 de Zaragoza hubo 275 fotografías suyas expuestas, que han servido de base para el libro "Aragón imágenes" editado por el Gobierno de Aragón (2009). El día 27-XI-2.009 le entregaron el Premio Honorífico de la Asociación Aragonesa de Escritores "I Premio Imán" concedido por votación entre los asociados.

Ha obtenido, como fotógrafo, más de 300 premios nacionales e internacionales. Autor de más de 100 exposiciones individuales, tiene obra en museos, fototecas y colecciones institucionales y privadas. En 1987 le concedieron el título E.FIAP. Colaborador durante muchos años de Heraldo de Aragón, SER Calatayud y otros medios de comunicación. Ha publicado 26 libros, con premios de poesía (Juan Alcaide 1989, Santa Isabel de Portugal 1988 y 1994, Hermanos Argensola 1999, Ciudad de Santo Domingo 1982...), de novela (San Jorge, Zaragoza 1981) y de periodismo (Husa, Barcelona 1984).


POEMAS:


La ventana trágica


La ciudad se levanta, indolente,

entre un paisaje y desesperanza.


Las altas torres de los campanarios

huyen siempre hacia el cielo.


Hay un jardín con pájaros lejanos

y parejas secretas de enamorados

a punto de soñar.


Hay ejércitos reales de fantasmas

que caminan por calles irreales,

y una lluvia purísima y muy fría

escribe en la noche palabras y destinos.


La ciudad está ahí:

yo la veo y la sueño,

y al despertar, ebrio de incertidumbre,

me estremezco en sus ruinas.





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El arpa y la palabra



En la sala de música

hay ecos de elegía.

Cuando el día ha perdido sus minutos más claros,

suenan Haendel y el vino,

mis fieles compañeros de la tarde.

Una melancolía indefinida me averigua,

pasa y se posa,

deja su huella

en un rostro lejano y una historia:

no,

no deseo pensar

que sus horas se cruzaron con mis horas

y sus pasos de ayer fueron mis pasos.

No es conveniente recordar aquellos días,

aquellos años

en los que brilla un rostro amado en otro tiempo

y al final fue la niebla,

y suena Haendel lejano, muy lejano,

y el buen vino se apiada

de quien erró el camino

y lo busca en la sombra

bajo la luz indefinida de la luna.


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La escapada



Como una triste sombra caminaba

sin hallar el perdón que perseguía,

sintiendo que la calle me vencía

y el creciente silencio me cercaba.


La noche en torno al tedio se cerraba.

La lluvia en sus empeños insistía.

En ellas la insustancia competía

con las luces que el suelo reflejaba.


En un tugurio entré para evitar

el naufragio que ya era inevitable.

Tomé una copa, me acerqué al espejo


y vi en mi imagen, burla del azar,

otra sombra que existe, inexorable,

atrapada en la farsa de un reflejo

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Autopista del Sur


En la fría quietud de un alba triste

estoy fuera del día que amanece.


La bruma se dispersa muy despacio

en la cambiante soledad de la autopista.


Recién nacida luz me expulsa del pasado

y yo, pausadamente, la obedezco:


pongo en marcha el motor del automóvil,

que ruge contra el mar de la mañana,

y acelero, sin piedad acelero

en busca de un exilio inalcanzable

que miente más allá del horizonte.


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El arpa y la palabra


En la sala de música

hay ecos de elegía.


Cuando el día ha perdido sus minutos más claros,

suenan Haendel y el vino,

mis fieles compañeros de la tarde.


Una melancolía indefinida me averigua,

pasa y se posa,

deja su huella

en un rostro lejano y una historia:

no,

no deseo pensar

que sus horas se cruzaron con mis horas

y sus pasos de ayer fueron mis pasos.


No es conveniente recordar aquellos días,

aquellos años

en los que brilla un rostro amado en otro tiempo

y al final fue la niebla,

y suena Haendel lejano, muy lejano,

y el buen vino se apiada

de quien erró el camino

y lo busca en la sombra

bajo la luz indefinida de la luna.


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martes, 14 de febrero de 2012

Poesía en S,Valentín 2012



Dentro del ciclo "Encuentros literarios" que organiza la Asociación Aragonesa de Escritores,
se va a celebrar un recital poético con motivo de la fiesta de San Valentín.
Es hoy martes, día 14 de febrero a las 19:30
en FNAC de la Pza. de España en Zaragoza


Aínsa, Fernando
Blanca Langa
Blanco, Agustín
Blas, Cándido
Castejón, Mª José.
Herrera, Blanca L.
Marqueta, Inma
Marín, M. Ángel
Martínez Barca, Mª Pilar
Martínez Forega, Manuel
Pérez Layed, Anaís
Picón, Fran
Quintanilla, Emilio
Rodriguez, Venancio
Rubio, Adela
Ruiz Marcellán, Trinidad
Sánchez Vallés, Joaquín
Sanz Abenia, Amparo
Sarría, Fernando
Tolosa, Mª Dolores
Yusta, Miguel Ángel
Guinda, Ángel.








Renace el tiempo del silencio










Renace el tiempo del silencio,
se vértebra como un animal herido
mientras la tarde es un paréntesis en la batalla de las sombras.
Corren las nubes como cúmulos hechizados por el viento,
tienen la argucia de la lluvia templada en sus vientres oscuros
pero saben que su destino es derrumbarse al Este.
Nada de esto me deja más sabor
que la humedad de tu boca en la mía,
cuando te despides, y sin rumbo fijo,
me dejas en mitad de una avenida sin nombre
envuelto poco a poco por la noche y sus lejanas lumbres.











domingo, 12 de febrero de 2012

Corren las nubes...







Corren las nubes como aviones sin rumbo buscando el Este.
Nacen del océano y se asoman a la urdimbre de los ríos,
al silencio de las montañas,
a las luces y sueños de las ciudades habitadas por la noche.
Yo viajo por Europa en la oscuridad de tu cuerpo
y tengo mi boca entre tus pechos,
en la semilla de tu respiración,
encarnado en un pájaro solitario
que ronda esa isla donde tu corazón me espera.






Semana dedicada a Ana María Arroyo en Crepusculario







sábado, 11 de febrero de 2012

Me habré de dormir en silencio







Me habré de dormir en silencio,
seré como un muelle abandonado al mar.
Escucho irse a los pájaros.
Se llaman, forman una cadena en uve
que transita hacia el Sur
y que deja esa simiente en la mirada
que trae en sus manos la lluvia y la tristeza.
Suena una sirena, las horas permiten un descanso.
La tarde brota en sombras que oscurecen los montes.
Hay un fuego lejano...el humo dibuja siluetas de la infancia
mientras el aroma de tu cuerpo desnudo y todavía húmedo
trenza sus propias verdades dentro del cuarto.







jueves, 9 de febrero de 2012

He viajado desde el Norte hasta tu puerta









He viajado desde el Norte hasta tu puerta.
Me he quedado mirando tu ventana
y el humo que como un hilo oscuro
anudaba tu casa al azul del cielo.
No he vuelto a escuchar el canto del mirlo
cuando los atardeceres de verano
tenían la cadencia de tus labios
y la humedad completa de un día de lluvia.
El tiempo me aleja de las estaciones,
los trenes siempre dejan la nostalgia en los andenes.
Tampoco he podido llamarte por teléfono,
aunque recuerdo tu voz,
tenía un eco metálico:
cobrabas siempre al contado.







martes, 7 de febrero de 2012

Entonces será de noche...







Entonces será de noche y en la senda de mi cuerpo
todos los caminos se harán desde tu lengua.
Suave humedad deslizando la caliente ebriedad de tu boca.
En la geografía de mi anatomía reharás los mapas,
descubrirás misterios donde antes solo la piel cubría el ansia,
ese acertijo del deseo que tus dedos descubrirán para incendiarme.
Y en el vértigo, cuando ya sea territorio conquistado,
tu sabiduría te hará cruzar el bosque,
buscar en el horizonte un puente,
un muelle, un velero, un océano donde naufragar.




domingo, 5 de febrero de 2012

Es verdad...







Es verdad que tu corazón en mis manos
deja la suave sensación del roce de un ángel
y al palpitar deprisa junto a mí
repite una melodía que lleva mi nombre.







Semana dedicada a Miguel Carcasona






sábado, 4 de febrero de 2012

Día mundial contra el cáncer






Es de noche y tú no duermes conmigo






Es de noche y tú no duermes conmigo
aunque tal vez caminas por las calles
buscando no sabes qué
como un felino herido.
Yo, solo poseo el poder de contemplar el universo.
Sentir este frío intenso del invierno
entrando en mi cuerpo,
a dentelladas de un perro rabioso.
Cae la soledad en pequeñas estelas de astros moribundos.
La nostalgia siempre tiene un nombre inolvidable.



Foto de Jan Scholz



jueves, 2 de febrero de 2012

Anúdame









Anúdame a tus brazos ahora que estoy triste.

Quiero escuchar bombear un corazón en medio del silencio.



miércoles, 1 de febrero de 2012

El día 2 vuelve "Este jueves poesía en la Universidad".








El próximo jueves, día 2 de febrero, vuelve el ciclo de "Este jueves poesía en la Universidad" en la sala de Juntas de la Facultad de Filosofía y letras de Zaragoza a las 19.30h con la dirección de Ignacio Escuin y los escritores Julio José Ordovás y Alfonso Armada, siendo el moderador Luis Navarro.
Organiza Vicerrectorado de Proyección Cultural y Social Colabora Candy Warhol, Librería Antígona, Facultad de Filosofía y Letras.







Julio José Ordovás nació en 1976 en Zaragoza, ciudad en la que reside. Articulista y crítico literario, publicó en 2004 Días sin día (Xordica), la primera entrega de su diario, a la que siguió En medio de todo (Eclipsados, 2010). Ha publicado también un libro de viajes aragoneses, Frente al cierzo (BArC, 2005), una selección de sus columnas, Papel usado (Eclipsados, 2007), un acercamiento al misterio femenino, Nomeolvides (PUZ, 2008), un libro de poemas, Una pequeña historia de amor (Isla de Sistolá, 2011) y Pepe Cerdá ( Entre dos luces ) (Eclipsados 2011 ).





POEMAS:






Rendiciones





Cuando se quedaba sin argumentos
me decía, quitándose la ropa.
"Está bien. Tú ganas".
Y yo me rendía a sus pies,victorioso.




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La tormenta perfecta



Nunca nos poníamos de acuerdo,
obstinados en llevarnos la contraria.
Es verdad que hubo días de tregua,
como la noche que hicimos planes para los próximos cien años:
una casita de chocolate perdida en el bosque,
un niño que tendría tus ojos y llevaría mi nombre,
un crucero galáctico con escalas en Venus, Saturno, Marte y Plutón.
Cenamos con la tele apagada y el vino de las grandes ocasiones,
brindando por la continuidad del alto el fuego.
Me había quedado sin tabaco, bajé corriendo al chino
y cuando volví me sorprendiste con la música a oscuras,
el vestido en la alfombra, los zapatos señalando la ventana abierta
y la luna encharcada a tus pies.
Fue un buen polvo, uno de los mejores.
Maullabas a gritos con la espalda erizada.
Después sacaste la manta y recogiste las copas.
Nos dormimos contando las estrellas.
Como cada sábado, nos despertó el perro de la vecina.
Hasta que el sol nos echó de la terraza no dejaste de ronronear.


El otoño llegó a primeros de agosto.
Descenso notable de las temperaturas.
Fuertes rachas de viento y lluvias
generalizadas en toda la península.
El hombre del tiempo lo había advertido
y nadie le hizo caso.
Me irritaba aquel tipo, con su sonrisa postiza y sus corbatas chillonas,
repitiendo una y otra vez las mismas palabras, los mismos gestos.
Un día muy negro
amenazó con la posibilidad de que una tormenta perfecta
asolara la costa gallega y el litoral cantábrico.
Me pareció un presagio
y quise cambiar de canal. Compréndelo. ¿Qué otra cosa podía hacer?







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Mediterránea





Más de un año después
he vuelto a nuestro restaurante favorito,
donde cenábamos cada vez que teníamos algo que celebrar.
Han reducido la carta
y la nueva camarera no te habría gustado.
La chica con la que iba,
que tampoco te habría gustado,
ha pedido un plato de chipirones.
Tu plato.
Quería que lo compartiéramos
y ha insistido mucho en que al menos lo probara,
Al final le he dicho que era alérgico a la tinta.
Se ha reído y no ha insistido más.
Es una chica lista y seguramente
ha preferido no saber.
Acabo de vomitar la cena.
La chica está durmiendo en mi cama.
Ronca un poco, igual que tú.






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Alfonso Armada, nacido en Vigo en 1958, ha trabajado en los diarios Faro de Vigo, El País y ABC. Ha cubierto el cerco de Sarajevo, el genocidio de Ruanda y eventos de toda índole en países africanos como la República Democrática del Congo, Liberia, Angola, Mozambique, Sudán o Somalia, y era corresponsal en Nueva York cuando se produjo el ataque contra las Torres Gemelas. Ha publicado Cuadernos africanos (1998 y 2002); España, de sol a sol (2001) y El rumor de la frontera (2006), ambos con fotografías de Corina Arranz (2001), Diccionario de Nueva York (2010), todos en Península. También Nueva York, el deseo y la quimera (Espasa Calpe, 2007), con Gonzalo Sánchez-Terán, El silencio de Dios y otras metáforas. Una correspondencia entre África y Nueva York (Trotta, 2008). También ha escrito teatro y poesía, y ha obtenido numerosos galardones.






Poemas:











Los Temporales





Una casa donde la marea no cubra los tobillos y la voz
una casa donde te pueda decir con el lenguaje de los mudos:
aquí estoy, soy yo, niño perro de los ojos áridos,
aquí tengo un antiguo dolor como una mecha
y aquí una cintura de guardar cuerdas corrompidas
y aquí una cenefa y una camita que era azul y mentirosa
y aquí un mapa, mi padre convertido en ceniza mi madre
convertida en
hierbabuena
y aquí tengo siete gritos de siete cumpleaños y siete agonías
de siete
cerdos sacrificados
y un peral y un cerezo en flor y un astillero lleno de estopa
triste,
pero también grúas luminosas, un mar que lame barcos,
y una caracola que te copia los pechos
y un calendario de tinta china
y un largo abrazo de niño ciego
que cabe en el abecedario, pero no en los sueños.
Aquí es donde se escucha el temporal,
y donde cuando te miro te miento y cuando te miro no te
miro
y en estos brazos que no son de castaño ni de boj
dibujo un bosque
y el tren de mercancías es casi humano,
mi cuna, la que rompo en pedazos con un hacha de miedo,
la que me sirve para cortar la leña y cortarme los tobillos,
para que no los moje la marea.
Porque tenía mucho miedo del aguacero.





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Central Park, una oración





Quedan brochas de nieve
y una fina capa
tensada por el frío
en el estanque:
nadie patina.
La tarde esparce ardillas de rabo tan frágil como el hielo,
pero menos letal.
Levanta las dos manos como para rezar
mientras espía mis movimientos
como si yo fuera Daniel Boone:
sólo entonces acierta con un mendrugo
se lo lleva al hocico
y huye tronco arriba,
como la tarde
y el mal.
Ya no rezo,
descifro el teléfono móvil
y el océano Atlántico es como ayer.
Pasa un anciano ciclista
disfrazado
un transistor sobre la parrilla de las novias
inunda el atardecer:
el New York, New York
del más engañoso Frank Sinatra.
Como el que más.
Pero a fuerza de mentiras
nos hemos ido acostumbrando a la verdad.
El sol entibia las manos tendidas de los árboles,
que rezan como ateos:
sin que nada enturbie su belleza:
tantas minuciosas ramas
y tanto por hacer.
Dios se moja en el gran reservorio
donde los patos de cabeza verde y de cabeza gris
se zambullen ante nuestra innecesaria compasión.
Camino con las manos en los bolsillos
y me cruzo con atletas
de todas las ansias.
Su vida y la mía no se tocan.
Pero nadie parece lastimarse
a esa hora en que un sol de invierno
dulce y perdurable
como la blancura de la nieve en los canteros
hace estragos de la tarde.
Que nadie ruegue por nosotros,
que nadie nos perdone
porque hayamos resistido
sin cadáveres de ardillas
en la mochila de la razón.







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II





¿Para qué sirven los trenes?








¿Para qué sirven los trenes?
Para ser bombardeados por la aviación justiciera.
Para volver a leer Opiniones de un payaso.
Para asomarse a los viñedos,
a los campos sembrados,
a los cerezos que mudan de piel como las cobras.
Para desplegar mapas de colores,
atravesar fronteras.
Para besarnos como cuando éramos novios.
Para enseñarle a los hijos el estado de las cosas,
el curso de los ríos.
Para saborear el tiempo,
volver a caminar sin prisa por el mundo.
Para coser paisajes,
estibar tortillas, comprar memoria,
qué vida se esconde tras cada ventana encendida.
Juntar las manos,
pegar la nariz al vidrio,
leer constelaciones.
Para que llegue la noche, llueva, estemos solos.
Para que los revisores nos miren a los ojos y el invierno
juegue su partida.
Para que nos acune una madre de hierro.
Para volver a confiar en las máquinas,
para escribir caligrafía en una carilla de traviesas,
para que el humo suba al cielo.
Para volver al mar,
cuando la infancia no terminaba en la muerte.
Para ser bombardeados por aviones justicieros.








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