La poesía es un arma que se dispara sola como el amor de un loco

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miércoles, 28 de enero de 2015

Presentación del libro "Del natural" de Mariano Anós el día 30 en el Teatro de las esquinas en Zaragoza












(De “Postales de Mikonos”)



De innúmeras fatigas consta la jornada del ocioso:

de qué lado tumbarse, si conviene así o de aquella otra manera

proceder en los largos momentos que la costumbre

desampara, decisiones que a la luz de lo irrisorio

aterran por su magnitud, menos advertida

en largas mesas de Consejos de Administración,

siendo a simple vista sin embargo de más pesada enjundia

decisiones que a menudo implican, por ejemplo,

ruina de ahorradores modestos o despidos

masivos de trabajadores.

Se verá así al ocioso demorar con grandes precauciones

cada elección, lo mismo cuando se trata

de parase a mirar de soslayo este o aquel hombro,

muslo o cabellera que el sol, más ciego, por igual fulmina

sea cual sea el cuerpo movedizo que en la arena

por la inmovilidad finge apostar, temible.




*******



(De “Meditación en Jerba”)



Hay lugares que el tiempo santifica

y tiempos que el lugar hace festivos:

los muertos hacen señas a los vivos,

barridos por el viento

que su piedad fabrica

por extender el vuelo de su aliento,

por dejar que resuene

de un remoto aleteo el suave acento.

Feliz quien como Ulises se detiene

el tiempo justo que al lugar conviene.

La isla el viento allana,

a la imaginación siempre propicio:

¿qué mejor edificio

dará de buena gana

acogida al relato

del héroe mentido

cuyo viaje no tiene otro sentido

que el figurarse infiel a su retrato?



********




(De “Monte. Valle de Tena”)




A ciertas horas, bajo ciertas luces,

el monte no se deja llamar monte.

Se encoge, se dilata, se entrevela,

se hace telón pintado o, al contrario,

se viene encima pedregoso, fiero.

Saber común: el monte nunca es monte

sino en la estrecha cárcel del lenguaje

que apenas de sí mismo se alimenta,

entre envidia y terror de la certeza

que nombra monte su ceguera última,

el dibujo más cruel del horizonte,

la esclavitud mortal de la conciencia.

O bien, por el contrario, la fantástica

nostalgia de un perdido estupor mudo

que reclamase un eco del silencio.

Sea cual sea la plegaria al monte,

o es parca o excesiva. La justicia

no le concierne. Sólo está, se yergue.

Sin dios y sin ser dios y despatriado.

Oculto en su evidencia. Memorioso.

Custodio de saberes ya inservibles,

melancólico, escéptico, el coloso

aterra a quien de sí mismo se aterra,

alienta a quien no atiende a su enseñanza,

calma a quien no ambiciona sus favores.




Mariano Anós



lunes, 26 de enero de 2015

Presentación del libro "Conciencia de clase" de David Mayor el 28 de enero en Librería Antigona de Zaragoza










CONCIENCIA DE CLASE


Divido a los escritores entre los que no escriben —mi padre, tornero fresador, era uno de ellos— y los que no saben vivir sin escribir —aquí pongo a mi maestro—: Quijotes ambos adentrándose por caminos sin camino, inmortales en su luz artificial y letra de imprenta, siempre destronados por la mejor página que han leído, siempre jóvenes y bellos pese al cruel tiempo de los días y la parca que nos asombra, siempre en un mundo que se derrumba. No prefieren la vida al honor ni por salvar la vida pierden la razón de vivir que escribió Juvenal. Me acompañan más por la actividad que por la creación, más por la práctica que por la obra. Con ellos sé de dónde vengo y adónde voy.


Con el resto, por mucho oficio que tengan en la vida y sus costumbres, no atacaría Troya, no la defendería.


David Mayor






domingo, 25 de enero de 2015

domingo, 18 de enero de 2015

domingo, 11 de enero de 2015

Semana dedicada a Alfonso Brezmes en Crepusculario


                   


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