Sigo buscando entre las sílabas de un verso
el tren nocturno que te alcance,
la luz que sacie la sed que te guía,
una gota de seda caliente,
húmeda saliva de mi boca,
que al pronunciar tu nombre te humedezca.
Tu cuerpo sabrá en ese instante
que en tu sangre navega una bala
que al alcanzar tu corazón
y sin saber por qué te deshará.
f.
No hay comentarios:
Publicar un comentario