Si ahora me nombráis escucharé mi nombre
y me recorrerá despacio con sílabas de viento.
Seré un pasillo hondo donde caben las manos,
una pregunta extraña, una mirada incierta,
las palabras tendrán el peso de una huella,
ciertas formas oscuras donde quedarse quieto.
Si ahora me nombráis seré como una nube,
la esencia y la humedad que guarda un arco iris,
y sin vosotros saberlo seguiré callado,
contemplando la lluvia después de una tormenta,
hojeando en silencio, sin prisa,
las páginas perdidas que tiene el infinito.
f.
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